¡Justo... la honestidad es un componente de la ingenuidad! Con el aprendizaje... muta hasta convertirse en arma... junto con la mentira, etc.!
Una y otra vez, observo, llegamos a las viejas conclusiones (como esa de Sócrates) que a lo sumo matizamos o enriquecemos (al menos muchas de ellas, las menos especulativas, las más "obvias"). En ese aspecto llevamos a cabo un "eterno retorno": re-pensando lo mismo, re-descubriéndolo, re-armándonos para "entendernos en el mundo" -para tratar de hacerlo...-, etc. Un saludo. (nota: borré el previo sólo para corregir un gazapo que se me escapó, sorry)
Comparto que en muchas ocasiones no hacemos mas que acudir a lugares comunes porque en parte muchas de las cosas que perduran, que son importantes... fueron descubiertas ya hace unos mlenios por los clasicos.
Este era nuestro querido Socrates que decia que aquel que conozca el bien no puede hacer el mal: honesto e ingenuo pero...
5 comments:
¡Justo... la honestidad es un componente de la ingenuidad! Con el aprendizaje... muta hasta convertirse en arma... junto con la mentira, etc.!
Una y otra vez, observo, llegamos a las viejas conclusiones (como esa de Sócrates) que a lo sumo matizamos o enriquecemos (al menos muchas de ellas, las menos especulativas, las más "obvias"). En ese aspecto llevamos a cabo un "eterno retorno": re-pensando lo mismo, re-descubriéndolo, re-armándonos para "entendernos en el mundo" -para tratar de hacerlo...-, etc.
Un saludo.
(nota: borré el previo sólo para corregir un gazapo que se me escapó, sorry)
Comparto que en muchas ocasiones no hacemos mas que acudir a lugares comunes porque en parte muchas de las cosas que perduran, que son importantes... fueron descubiertas ya hace unos mlenios por los clasicos.
Este era nuestro querido Socrates que decia que aquel que conozca el bien no puede hacer el mal: honesto e ingenuo pero...
Un saludo, Carlos.
Te invito (por no decir, "te ruego") que me visites aunque sé que lo sueles hacer. Insisto porque se trata del tema en cuestión. Un abrazo.
Imagino que por la inocencia, por vivir en el momento, no retener el odio hacia alguien y no sentir envidia.
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