Wednesday, February 25, 2015

Reseña de The Sense of Style: The Thinking Person´s Guide To Writing in the 21st Century de Steven Pinker.

Cinco de un total de diez libros publicados como único autor me he leído del científico cognitivo y divulgador de la ciencia Steven Pinker y cada vez más me fascino con su única habilidad para sintetizar las  complejas ideas de la ciencia cognitiva, lingüística y psicología evolucionista.

El último ha sido un manual para la correcta escritura en el siglo XXI titulado The Sense of Style: The Thinking Person´s Guide To Writing in the 21st Century.






Me ha gustado porque de las "guerras culturales" más encarnizadas hoy en día se encuentra una, la de los defensores de la pureza del lenguaje escrito y sus normas tradicionales de uso frente a  los descriptivistas que consideran que el lenguaje es algo orgánico producto de la creatividad humana y que debe ser usado como la gente quiera-y Pinker se sitúa en mi bando,es descriptivista como yo, o mejor dicho, yo como él.

Pero Pinker es un descriptivista muy purista porque domina la palabra escrita y hablada muy bien. Se adhiere a las reglas estándar cuando se trata de que la norma conceda la ventaja de que si todos la seguimos, todos salimos beneficiados, pero la incumple porque ningún idioma, ni siquiera aquellos que tienen academias que legislan el uso correcto, pueden encontrar corrección objetiva en el uso del lenguaje.

En el uso del lenguaje no hay "verdades lógicas de las cuales se puedan probar teoremas, ni son descubrimientos científicos que uno pueda hacer en el laboratorio" dice Pinker.

Todo un capítulo (el capítulo 6: Telling right from wrong) bastante extenso, por cierto, y denso porque leer sobre reglas gramaticales del inglés no es lectura para llevarte en el metro;  lo dedica al uso correcto de la gramática (inglesa).

Pinker nos habla de la principal causa de que la prosa de algunos escritores sea incomprehensible: la maldición del conocimiento.

Es escéptico de la explicación tradicional de que la gente escribe mal por una elección deliberada  y lo hace de forma oscura para impresionar, como los  posmodernos. Aunque el caso de los posmodernos con Derrida a la cabeza es otra historia.

No se escribe de forma impenetrable en las profesiones (la abogacia o medicina sobre todo) para ocultar algún secreto arcano que no quieren que se sepa (aunque a veces uno pueda creerlo). Es algo más sencillo o complejo según cómo se mire.

La gente tiene mala prosa porque cuando escriben no hacen buen uso de su cognición social: no saben hacer entender lo que ellos saben a otras personas que no saben lo que ellos saben. El proverbio popular habla para que lo entienda hasta tu abuela (aunque todo dependerá de cómo de sofisticada sea tu abuela) define muy bien el asunto. El problema es que los años de estudio, en el caso de las científicos, la erudición de los filósofos; les traiciona y no saben o no pueden salirse de si mismos y escribir para quienes no saben lo que ellos saben.

Hay que entenderlos porque así se ha conformado su mente. Cuando utilizan "palabros", frases largas o neologismos no lo hacen para impresionarte, a veces es que las ideas se tienen que expresar de manera técnica. Pero si persisten en hablarte como una radio desintonizada es porque no saben ponerse en tu lugar para hacerte ver lo que ellos saben.

El verdadero problema es con quien tiene mala prosa no por la maldición del conocimiento, sino porque no sigue las reglas básicas.

Las reglas básicas para Pinker, y recuerda que el propio Pinker reconoce que esto de la escritura "no es como jugar al ajedrez, probar teoremas o solucionar ejercicios de física de un manual, donde las reglas están claras y salirse de ellas es un error" se basan en el discernimiento y la práctica, son:

1- guíate por la metáfora de que la escritura es como la visión: tienes que escribir para mostrar el mundo.
2- escribe con nombres y verbos
3- coherencia: usa los conectores y otros recursos lingüísticos apropiados para no perder de vista los nombres y los verbos
4. usa las palabras para enfatizar al final de la frase
5-ten gracia o exprésate con estilo
6-claridad: construye tus argumentos de forma que la prioridad no sean las comas, los participios o las clausulas bien formadas mediante análisis de oraciones en forma de árbol, sino el pensamiento crítico y la atención a los hechos.
7-construye buenos argumentos basados en la razón no en la gente (falacia ad hominem), tus anécdotas etc. No se trata de mostrar que eres más listo. En la discusión (por escrito o hablada) todos creen tener razón y la psicología dice que sobreestimamos lo que sabemos.

Por último, nunca muestres tu desdén hacia quienes necesitan de un mejor estilo a la hora de escribir porque  si tú crees que lo tienes, es que realmente no sabes que el estilo ha cambiado en los escritores que te han precedido y cambiará en los que te seguirán.

Las verdaderas razones para escribir con estilo son: "incrementar la difusión de las ideas, ejemplificar la atención al detalle, y sumarnos a la belleza del mundo" dice Pinker. No puedo estar más de acuerdo.


PD: ¡olvida esa vieja máxima o adagio falso que dice que quien escribe bien, piensa bien! Hay gente que piensa muy bien, pero su escritura apesta y gente que escribe como Cervantes, Shakespeare, Keats y Faulkner juntos y no piensa nada bien.




Jerry Z. Mueller sobre el capitalismo.


Tuesday, February 24, 2015

Monday, February 23, 2015

Estimulación cerebral profunda como tratamiento contra la adicción.

Christian Luscher y colaboradores han implantado un electrodo en el cerebro de ratones de laboratorio habituados a la cocaina y han conseguido reducir los síntomas de su adicción.

Si la estimulación se producia en frecuencias oscilatorias bajas los síntomas se aliviaban temporalmente despues de haberles injectado cocaina.

Aún más cuando se les administraba a los ratones fármacos que bloqueaban los receptores del neurotrasmisor de la dopamina, implicado en las recompensas y la adicción, los síntomas se reducian prolongándose en el tiempo.

Los investigadores creen que este tipo de terapia puede ser aplicada en los seres humanos para combatir la adicción y otros trastonos neurológicos.

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ResearchBlogging.orgCreed M, Pascoli VJ, & Lüscher C (2015). Addiction therapy. Refining deep brain stimulation to emulate optogenetic treatment of synaptic pathology. Science (New York, N.Y.), 347 (6222), 659-64 PMID: 25657248

Friday, February 20, 2015

Cita del día.

"Las relaciones que definen un sistema como unidad y determinan las dinámicas de interacción y transformción que promueven esa unidad constituyen la organización de la máquina"

Saturday, February 07, 2015

La experiencia multisensorial de la comida.


"The Perfect Meal: The Multisensory Science of Food and Dinning",  obra de Charles Spence y Betina Piqueras-Fiszman, son 11 capítulos y 500 páginas dedicadas a descubrir cómo crear la comida perfecta.

Lo primero que hay que asumir es que la gastronomía es una experiencia multisensorial que no solo implica los sentidos del gusto, olfato y su producto combinado el sabor. La vista, el oído, la percepción de la temperatura e incluso la compañía social y la atmósfera del lugar en donde se come... entran también en juego a la hora de crear la comida perfecta.

El libro hace un repaso histórico de las distintas corrientes dentro de la grastonomía definida por Brillat-Savarin en 1835 como " el conocimiento razonado de todo lo concerniente a la comida", 

Toma como escuelas principales la conocida como nouvelle cuisine que emergió en Francia en la década de los 60 del siglo pasado y la modernist cuisine que tuvo su apogeo en los años 90 y que la gastronomía molecular es su continuación.

El concepto de sorpresa y novedad es quizá el motor de la creatividad de los chefs y restauradores desde Careme a Escoffier y que ahora sus nuevos herederos como el maestro Ferran Adriá utilizan con las nuevas técnicas en el arte culinario, explorando nuevos ingredientes etc. que les lleva incluso a introducir el método científico (gastronomía molecular o cocina nota-a-nota como ahora le gusta decir a uno de sus pioneros Hervé This) y así satisfacer a los comensales.

En el libro se describe cómo el cerebro construye la representación del sabor desde las papilas gustativas en la lengua hasta la codificación en la corteza gustativa primaria del cerebro.  Se explica como no solo existen los cuatro sabores tradicionales, sino también el umami, kokumi, el metálico o como algunos científicos sensoriales sugieren los más de 20 gustos que nuestro cerebro construye.

Si el físico húngaro de la Universidad de Oxford, N. Kurtis, introdujo la expresión gastronomía molecular y su discípulo aventajado Hervé This la popularizó mundialmente, este último ahora habla de su muerte y de dar paso a una nueva aproximación que se basa en utilizar compuestos químicos puros para crear las recetas (cocina nota-a-nota). 

Pero Spence y Piqueras-Fiszman nos hablan de otra nueva disciplina en la que científicos sensoriales, neurocientíficos, psicólogos y diseñadores trabajan conjuntamente para lograr la comida perfecta: la gastrofísica.

De la gastrofísica son varias lecciones las que podemos aprender para preparar la comida perfecta. Las descripciones semánticas influyen en la percepción de la comida. No es casualidad que los nombres de los platos tengan siempre al sofisticado idioma francés para etiquetarlos. Aunque bien es cierto que si algo han conseguido chefs como Adriá, pioneros en el uso de la gastronomía molecular, es que se tenga en cuenta a la península ibérica como epicentro mundial de la cocina moderna con lo que describir los platos más avant garde sea haga con el castellano (Piénsese en en el plato "tortilla deconstruida" donde los ingredientes de una tortilla convencional son presentados de manera aislada).

Del estudio de la influencia de los nombres de los platos se desvirtúan conceptos como orgánico/natural y saludable y si a esto le añadimos como la ciencia oscurece los limites de esta dicotomía, tenemos que nuestra concepción de la comida cambia. Una receta con insectos como ingredientes dejará de verse como poco saludable o aberrante cuando nos concienciemos de que tienen un gran valor nutricional y proteínico.

Dice el dicho que "comemos por los ojos".  Enumerando varios estudios empíricos, los autores sostienen la importancia de la estética visual a la hora de presentar los platos. Hacen algún excursus sobre el diseño tipográfico de las cartas de los menús y cómo el lugar donde se pone el nombre de los platos o hasta el precio en el menú, influyen en la decisión de los comensales.

Pero la vista no es el sentido dominante a pesar de la sabiduría popular. El oído, y en particular, el sonido influyen en el sabor y la agradabilidad de la comida. Spence es conocido por investigar como el sonido influye en nuestra percepción de la comida y ha demostrado como el sonido ambiente puede hacer más dulce un plato si suenan notas agudas, y más amargo el plato si suenan notas graves.



La cubertería, utensilios y otros objetos de menaje, entre ellos los platos y los vasos, también son fundamentales a la hora de tener la comida perfecta. El tamaño, el color, la forma y hasta inlcuso su olor modulan la percepción de nuestra comida en la mesa y tienen impacto en nuestra percepción del gusto y sabor. 

Cuando nuestras cucharas son más pesadas comemos menos y transferimos psicológicamente atributos del peso, como denso, a los atributos descriptivos para el gusto de la comida. El color de los platos afecta nuestra percepción de la comida y su tamaño y forma de igual manera. 

La temperatura de la cubertería se puede utilizar para crear sensaciones armónicas y congruentes con la temperatura de la comida servida. Incluso, con la introducción de la tecnología en nuestras cucharas o tenedores se puede cuantificar cuántas veces nos llevamos la comida a la boca y hacer un seguimiento con una app similar a la que utilizan los deportistas para medir su rendimiento y así tener hábitos y estilos de dieta más saludables

Como especialistas en la neurociencia de la interacción multisensorial o cómo nuestro cerebro integra las distintas sensaciones en nuestro cerebro, Spence y Piqueras-Fiszman nos hacen un repaso del conocimiento neurocientífico que tenemos actualmente sobre de la interacción entre el sabor y el gusto, el sabor y la visión, el sabor y el sonido, el sabor y la percepción táctil y nos hablan de la sinestesia.

Con todos estos datos son escépticos ante la nueva tendencia en los restaurantes más chics, que no los mejores restaurantes, de "comer a oscuras". Con todos los datos empíricos y estudios hechos a personas con ceguera congénita y otras deficiencias visuales en la percepción del color, determinan que no ver lo que comes distorsiona fuertemente la percepción del sabor y el gusto. Aunque pueda parecer divertido probarlo comer a oscuras no es parte de la experiencia de la comida perfecta.

La luz, las expectativas de los comensales, la comida, la compañía social y la atmósfera en general contribuyen a crear la comida perfecta. Hay toda una disciplina científica dedicada a estudiarla: sensory atmospherics (en inglés).

Finalmente, el libro nos habla de la progresiva introducción de la tecnología digital en la gastronomía y de algunos de los restaurantes de haute cuisine que ya la utilizan. Hay restaurantes donde se hace la comanda desde iPads o tabletas, se controla la luz y el sonido con apps etc.

La experiencia de la comida también es ahora más teatral y artística con valores de entretenimiento y performances en vivo desde danza, música o hasta conceptos de operas gastronómicas (Pincha aquí).

Spence y Piqueras-Fiszman acaban el libro con una visión futurístíca de cómo será la comida en el 2084. A pesar de la ciencia ficción y sus vaticinios de comidas sintéticas en forma de pastillas, o la no tan ficticia ciencia de crear carne en el laboratorio, cocina personalizada etc. (algo ya posible), lo que seguro que no cambiara es que la comida perfecta tiene que ser en buena compañía porque desde hace milenios la comida es la excusa perfecta para el encuentro social.

Bon appétit!










Un poco de Rock and Roll... tampoco viene mal.

Aquí, aquí y aquí.

Thursday, February 05, 2015