El legado de Charles Darwin en las ciencias.

"La teoría de la evolución de Charles Darwin es uno de los conceptos fundamentales más importantes en el plano de la ciencia, la filosofía y la cultura humana"

Unesco.

Pero exactamente, ¿qué conmemoramos?.

El nacimiento de un hombre de origen ingles de familia acomodada que iba a estudiar medicina y ser ordenado sacerdote, pero que su interés por el mundo natural le redirigió por otros caminos.

No lo creo.

Darwin tiene una faceta humana fascinante, pero lo que conmemoramos no es tanto al hombre como a una idea simple, pero poderosa, con un legado que se manifiesta en toda la esfera cultural.

Darwin ha unificado las ciencias de la vida bajo esta idea de la evolución por selección natural, pero también su legado se deja ver por el resto de las ciencias exactas como paradigma fundacional o teórico desde la química darwiniana, matemática darwiniana hasta la física darwiniana, e incluso, su legado se extiende a las ciencias sociales como paradigma explicativo del origen, diseño y función de muchos de nuestros comportamientos.

Darwin esta presente en el derecho, la psicología, la economía, las artes...

La teoría de Darwin de la evolución por selección natural o como él diría, descendencia con modificación, es un cambio de 360º en cómo el ser humano se ve así mismo y su lugar en el cosmos.

Tal es el impacto de Darwin y su teoría que la visión que se desprende de ésta nueva interpretación de la realidad biológica hace pensar que es muy probable que no haya cabida para Dios y ésto ha conducido a una gran guerra ideológica y cultural desde los tiempos de vida del propio Darwin hasta hoy, porque aunque su teoría fuera aceptada por la mayoría de científicos, otra gente no la aceptó, ni la aceptará.

Los detractatores simplifican la teoría de Darwin y le acusan de dejar la existencia humana al azar, sin propósito último.

Estas cuestiones metafísicas del sentido de la vida son muy interesantes pero muy difíciles de que obtengan respuesta porque quizás es cada uno quien tenga que encontrar su propia respuesta.

Es muy posible que algún un día lleguemos a comprender cómo la evolución de nuestro cerebro de Homo Sapiens ha dado lugar a nuestra inclinación natural a creer y ésta sea un factor vital en la creación de nuestra cultura y haya contribuido a nuestra evolución.

Muchos otros antes que Darwin nos llamaron la atención sobre la falsa relación de privilegio del ser humano con el universo.

Por ejemplo, Copernico con su teoría heliocéntrica ya no colocaba a la tierra en el lugar central de nuestra galaxia.

Pero fue Darwin quien nos expío definitivamente del pecado de la arrogancia de colocar al ser humano en una posición de privilegio en la cadena de los seres vivos y en el universo.

Hoy estamos más que seguros de que Darwin, en términos generales, no se equivocó.