Existe un sesgo de género inconsciente en la investigación científica como lo pone de manifiesto Londa Shiebinger, profesora de historia de la ciencia en la Universidad de Stanford.
La Dr. Shiebinger recuerda cuando estuvo en Madrid y fue entrevistada para diversos medios. Cuando introdujo el texto en el traductor de Google se llevó un shock cuando se dio cuenta que le traducía por "él".
Es algo normal, el algoritmo de Google busca aquello que está más frecuente en la red para comparar y traducir y de hecho los pronombres masculinos son más frecuentes en la red. Pero esto ya no es algo tan normal.
Hay una sobrerepresentación de la masculinidad en todas las esferas de la vida, pero cuando esto ocurre en ciencia el no incluir un análisis de género puede provocar errores que ponen en peligro la vida.
Por ejemplo, los cinturones de seguridad de los coches no tienen en cuenta en su diseño el tejido mamario de las mujeres. Las medicinas que tomas, da igual que seas mujer, es muy probable, por no decir seguro, que se hayan testado clínicamente en animales macho y no en animales hembra. Como recalca Shiebinger aquí hay un problema moral: las mujeres pagan impuestos y cumplen con las obligaciones legales de igual manera que los hombres. Por ello no se pueden ver perjudicadas por la forma de hacer ciencia y tecnología.
La ciencia y la tecnología deben tener en cuenta las necesidades biológicas y sociales de los hombres y de las mujeres.
En ingeniería aplicada a la industria del automóvil la gente baja (estadísticamente más mujeres, pero también hombres) son clasificadas como "fuera de posición" y son ignoradas por la investigación que puede mejorar su seguridad en el interior de los coches.
En investigación biomédica la ausencia de uso de células, tejidos y órganos femeninos, puede causar riesgos de salud para las mujeres. Lo más preocupante es que el descubrimiento de nuevos fármacos cuesta millones en cualquier tipo de divisa y esta se realiza exclusivamente teniendo en cuenta especímenes y pruebas de origen masculino. Y entonces la pregunta clave surge: cómo se puede administrar nuevos fármacos en la fase III de los ensayos a mujeres cuando previamente no se han testado en animales hembra.
El pasado diciembre la Unión Europea con su programa Horizon 2020 tomó una importante decisión para acabar con este sesgo inconsciente. Se pretende que toda iniciativa que solicite financiación del programa incluya un análisis de género de las implicaciones para hombres y mujeres de la investigación científica y técnica.
De no incluir este tipo de análisis de genero en la investigación científico y técnica se puede poner en peligro a la mitad de la sociedad: las mujeres.
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Schiebinger L (2014). Scientific research must take gender into account. Nature, 507 (7490) PMID: 24598604
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