El último esnobismo de la industria de los sueños (la industria cinematográfica) es apoderarse del conocimiento neurocientífico para utilizarlo como método de evaluación de sus productos.
El neurocinema o neurocinemática es un spin-off del neuromarketing, que a su vez es una rama o subdisciplina de la neurociencia, que a través de la última neurotecnología (fMRI, EEG, PET...) intenta examinar los procesos afectivos, sensoriales, cognitivos... del cerebro en respuesta al visionado de un film.
En este blog ya hemos hablado de ello, antes incluso de que se pusiera de moda.
Pero es que últimamente uno de mis blogs neurocientificos favoritos ha presentado de forma serializada una serie de entradas con su peculiar ironia fina y crítica humorística destructiva que caracteriza sus entradas, sobre la neurocinemática o neurocinema (Véase, esto, esto y esto)
Entre varias de las conclusiones que se pueden extraer es que todavía queda mucho para que de una forma fiable y válida se pueda utilizar datos del escaneado del cerebro de un "moviegoer" como para planear la estructura fílmica de una pelicula y hacerla tan atractiva que todo el mundo quiera verla porque "secuestra el cerebro", es decir, que conozca los resortes que hay que tocar para maravillar a nuestra mente y hacer de una pelicula un "blockbuster".
Pero como en todo, esto está atrayendo no solo a directores de cine pioneros que utilizan estas metodologias, como Peter Katz, sino compañias que dedican esfuerzos de inversion para promover una mejora en un area de estudio que no solo tiene su vertiente académica, sino comercial también.
Sin jugar con bolas de cristal de adivinos si que se puede vaticinar que el cine del futuro será más "neuro" y por consiguiente mucho más sofisticado, técnica y estéticamente, lo cual será bueno para la industria y para el espectador.
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