La ciencia cognitiva de la religión ha explicado muchos aspectos y particularidades de las religiones en términos cognitivos.
Ha explicado cómo sistemas de la detección de la agencia hacen los dioses y las deidades plausibles (Barrett 2000), reacciones de disgusto hacen los tabús persuasivos (Fessler y Navarrete 2003), cómo los sistemas de detección de las amenazas están detrás de los comportamientos ritualizados (Boyer y Liénard 2006), y coómo la psicología de grupos da sentido a la pertenencia (Boyer 2002) etc.
Sin embargo, el tema de la moralidad no se ha investigado mucho. ¿Por qué las grandes religiones tienen un sistema moral? ¿qué mecanismos cognitivos explican la aparición de los sistemas morales de religiones aparentemente distintas?
Para la mayoría de las personas de las sociedades occidentales actuales las religiones tienen prescripciones morales, incluso creen que esta es la razón de la existencia de las religiones, pero esto no ha sido así desde la emergencia de las religiones. Las sociedades de cazadores-recolectores y horticulturalistas no tenían ningún cuerpo doctrinal de prescripciones morales sobre dioses, casta sacerdotal, ni organización religiosa.
En tradiciones de la antigüedad clásica como la sumeria, akadia, egipcia, griega y romana a los dioses no les importaba si las personas seguían códigos morales. Lo mismo se puede decir de los incas, mayas y clásicas deidades chinas.
Las religiones que tienen prescripciones morales explicitas son movimientos evolutivamente recientes.
En las sociedades más complejas en periodos históricos posteriores empiezan a emerger religiones moralizantes como el jainismo, orfismo, judaísmo del segundo templo y cristianismo. Los sistemas morales de estos movimientos religiosos se centran todos en el principio de proporcionalidad.
Todas las religiones moralizantes defiende una u otra versión del principio de proporcionalidad o regla de oro que dice que no has de tratar a los demás como no quieres que te traten a ti.
En la religiones moralizantes el universo es justo por eso las buenas acciones son recompensadas, en esta vida o en el más allá, y las malas acciones castigadas. De la misma forma a las personas que no cometen buenas acciones tienen reservado un castigo en lugares especiales (purgatorio). Aunque algunas malas acciones pueden ser compensadas imponiéndose un autosufirimiento que muestre arrepentimiento (flagelación, mutilación...).
Del mismo modo acciones que suponen algo más allá del deber, tienen un estatus especial en estas religiones moralizantes y de ahí las nociones de santidad etc.
Para entender la moralidad en estas nuevas religiones moralizantes se tiene que mirar a la cooperación más allá de los modelos tradicionales como el dilema del prisionera porque estos modelos no tienen en cuenta un factor muy importante de las sociedades de cazadores-recolectores y horticulturalistas como que en estas sociedades se podía escoger a los compañeros y evitar a los que no cooperaban y favorecer a los reciprocadores.
Por ello mejor que modelos como el dilema del prisionero la cooperacion en este tipo de sociedades se entiende mejor en función de "mercados biológicos" donde las personas pueden señalizar vía la reputación o la imagen su voluntad a cooperar y trasmitir su valor de ser buenos cooperantes.
Es en este contexto de busqueda de la equidad donde la intuiciones morales que están detrás del principio de proporcionalidad fue construyendo los códigos o sistemas morales que son vistos como reconstrucciones racionales a posteriori de procesos implícitos que dan lugar a las intuiciones morales.
Estas disposiciones innatos evolucionadas hacia la equidad crearon toda una serie de estrategias de reciprocidad, ayuda mutua proporcional entre los costes y los beneficios, pero también castigo proporcional al daño y búsqueda de compensaciones. En los intercambio sociales se calculaban y computaban los factores a tener en cuenta.
Esta descripción cognitiva de la moralidad religiosa es congruente con las evidencias empíricas y el registro histórico.
En algunos grupos humanos surgieron movimientos que exigian una mayor adherencia a ciertas normas morales con una mayor carga de racionalización post hoc sobre estas intuiciones morales innatas. Muchos de estos grupos no eran religiosos porque no conectaban la moralidad con agentes supernaturales. Ejemplos de este tipo son el pitagorismo, platonismo, estoicismo etc. En muchas ocasiones este nuevo énfasis en la moralidad hacia cambiar las tradiciones religiosas para que fueran éticamente más orientadas, como paso con el jainismo, judaismo, cristianismo, budismo, taoismo...
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Baumard N, & Boyer P (2013). Explaining moral religions. Trends in cognitive sciences, 17 (6), 272-80 PMID: 23664451
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