El amor tiene una base biologica y ha evolucionado para formar parte esencial del sistema de eleccion de pareja en los animales.
Es muy difícil hipotetizar la presencia de la emocion que es el amor en los animales mas alla de los seres humanos, pero el amor tiene sus antecedentes evolutivos en la formación de lazos de apego necesarios para toda especie gregaria y su supervivencia.
Enamorarse esta considerado como un evento positivo en la literatura sobre la salud y el estrés.
Las personas enamoradas tienen un elevado numero de emociones positivas y patrones de sueño optimos.
Las personas enamoradas “super”activan las regiones del cerebro que controlan los estados motivacionales y de accion.
Quizas esto ultimo no sorprende porque por amor se han llevado a cabo los actos mas grandiosos de la humanidad, aunque visto desde su lado oscuro tambien los peores, pero lo que no cabe duda es que el amor es la espuela, la inspiracion de la humanidad, lo unico por lo que merece la pena vivir.
Cuando a las personas enamoradas se les presenta el nombre de sus parejas estas reconocen mas fácilmente palabras con un significado positivo.
En el presente estudio, que se suma a la tradicion que intenta converger la neuroendocrinologia con la psicologia de las relaciones de pareja, Loving y colaboradores investigan la modulacion de las consecuencias neurofisiológicas del enamoramiento por parte de una variable psicologica: la tendencia de la persona a pensar en su pareja.
Desde una perspectiva fisiologica sabemos que la persona enamorada frente a quien no lo esta tiene elevados niveles de circulación de hormonas, entre ellas cortisol y la proteina NGF (neurotrophic nerve growth factor) muy importante para el desarrollo neuronal.
En este estudio, Loving y colaboradores, se centran en las mujeres por la relativa importancia que dan las mujeres a las relaciones de pareja.
29 mujeres de una media de edad de 19 años llevaron a cabo un estudio de laboratorio de 2 horas.
Solo se selecciono a aquellas mujeres que habian empezado una relación de una duracion no mayor a 1 año.
Se les administro la escala de enamoramiento pasional ( “a veces cuando veo a mi pareja tiemblo”) para determinar el grado de enamoramiento pasional que tenian y una escala para valorar el grado o la tendencia a pensar en sus parejas ( "a veces me encuentro a mi misma pensando en la relacion con mi pareja“).
Del mismo modo, para evaluar los niveles de concentración de cortisol se tomaron muestras de saliva a intervalos de 15 minutos cada uno.
Las participantes tenian que llevar una fotografia de su pareja y de un amigo del sexo opuesto.
Una tarea del experiemento consistia en imaginar al amigo e imaginar a la pareja y observar como la diferencias individuales en la tendencia a pensar en la pareja alteraba la respuesta neuroendocrinologica asociada al enamoramiento.
Para testar su hipotesis, que las personas enamoradas con una tendencia a pensar mas en su pareja modulan los efectos neurofisiologicos del enamoramiento, introdujeron la interaccion entre la tendencia a pensar en su pareja y la condicion (pareja VS amigo) en loas analisis de covarianza.
Los resultados muestran como la duracion de la relacion era un predictor bastante acertado de los niveles basales de concentración de cortisol, y por otra parte, que la variable psicologica individual, tendencia a pensar en la pareja, incrementaba la concentración del cortisol a traves del tiempo.
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Loving TJ, Crockett EE, & Paxson AA (2009). Passionate love and relationship thinkers: experimental evidence for acute cortisol elevations in women. Psychoneuroendocrinology, 34 (6), 939-46 PMID: 19250753
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