Monday, May 05, 2014

La neuropatofisiología de la fatiga.

A pesar de su alta prevalencia, más del 20% de la población la padece, la fatiga y el mecanismo detrás subyacente todavía se desconoce.

Existen muchas definiciones de fatiga, una de las cuales es: 

una sensación continua de agotamiento que decrece la habilidad de llevar a cabo tareas diarias incluida la capacidad para trabajar y llevar a cabo los roles sociales y familiares

 Hay dos dimensiones de la fatiga: 1) "no puedo hacerlo estoy exhausto" y 2) "no creo que sea útil hacerlo".

La primera dimensión es fácil de caracterizar porque normalmente aparece con la presencia de sintomas físicos. La segunda dimensión es más difícil de precisar y se conoce como fatiga central y denota la imposibilidad de llevar a cabo tareas y/o sostener la atención además de realizar actividades físicas que requieren automotivación.

La fatiga central rara vez ocurre aislada y viene acompañada de dolor, desordenes del sueño y alteraciones cognitivas.

La fatiga como decíamos tiene una prevalencia del 20% pero aumenta hasta un 50% en diversas condiciones medicas asociadas con desregulaciones del sistema inmunológico tales como cáncer, infección crónica y  enfermedades inmunológicas y neurológicas.

Existe una gran cantidad de datos disponibles que relacionan la fatiga con la inflamación y la inflamación con la motivación. Dantzer y colaboradores proponen que la fatiga es una sensación que se relaciona con la falta de motivación para emplear recursos y llevar acabo tareas que exigen esfuerzo. En contraste con la depresión que tiene un componente de desamparo y autodepreciación, tristeza y anhedonia.

La conceptualización de la inflamación como causa de la fatiga requiere un contexto evolucionista. Hart (1988) sugiere que el comportamiento de los animales enfermos no es una respuesta maladaptativa caracterizada por la debilidad sino una respuesta adaptativa contra las infecciones virales y bacterianas.

La inflamación activa una serie de células inmunológicas innatas, citoquinas, que dan lugar una señalización y comunicación con el cerebro que finalmente resulta en una imagen molecular y celular de la respuesta inflamatoria periféricas que impone al cuerpo nuevas prioridades comportamentales.

En términos motivacionales el estado motivacional presente durante una enfermedad coge prioridad sobre otros estados internos o impulsos como el sexo etc.

La negación a hacer cosas de las personas enfermas en términos de motivación se ha estudiado en el contexto de la motivación por la comida. En general, a animales que se les administra citoquinas proinflamatorias son menos probables de consumir comida si algún esfuerzo es requerido que si la comida está disponible libremente.

Este enfoque en el estudio de la fatiga es similar al que se realiza en psiquiatría biológica. Aunque la fatiga no es una enfermedad psiquiátrica este enfoque permite descomponer en unidades comortamentales un comportamiento global y así discriminar su endofenotipo.

Fuertes evidencias muestran un vinculo entre la fatiga y biomarcadores de la inflamación. Las bases neuronales de la fatiga inducida por inflamación conlleva que la producción y liberación de mediadores de la inflamación, incluida citoquinas, genera a su vez la producción de macrófagos y microglía en el sistema nervioso. Estos mediadores influyen a las neuronas directa o indirectamente via astrocitos u oligodendrocitos.

Consistente con este modelo que reconstruye la fatiga en unidades neurocomportamentales ( demarcar áreas neuronales cuya funcionalidad es actuar hacia la obtención de una recompensa o incentivos motivacionales reducidos) que con la fatiga sufren una disrupción, la red neuronal frontoestriatal implicada en la dirección del comportamiento hacia objetivos y la flexibilidad comportamental se ve afectada por la presencia de astrocitos y oros microglía activados por bomarcadores de inflamación periférica que a su vez activan la ínsula anterior vía aferentes viscerales interoceptivos que dan lugar a la sensación y conciencia de fatiga. Tratamientos con suplementos dietéticos, ejercicio y terapias cognitiva, e inclusive fármacos aunque todavía no clínicamente demostrados muchos de ellos, puede ser beneficioso para aliviar los síntomas de la fatiga.


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ResearchBlogging.orgDantzer R, Heijnen CJ, Kavelaars A, Laye S, & Capuron L (2014). The neuroimmune basis of fatigue. Trends in neurosciences, 37 (1), 39-46 PMID: 24239063

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