El comportamiento sexual dirigido hacia miembros del mismo sexo está ampliamente extendido en numerosos taxa.
Este hecho ha levantado el interés en el estudio del mantenimiento y evolución de un comportamiento que no tiene un aparente valor adaptativo inmediato.
En los insectos la interacción sexual hacia miembros del mismo sexo es muy frecuente. Existen numerosos explicaciones de este comportamiento sexual dirigido a miembros del mismo sexo que pueden no ser mutuamente excluyentes.
Uno de los modelos animales más idóneos para estudiar el comportamiento sexual dirigido a miembros del mismos sexo es el escarabajo de la semilla (Callosobruchus maculatus).
Una de las más favorecidas es la pobre capacidad de reconocimiento sexual. La falta de discriminación y reconocimiento del miembros del sexo opuesto. Este hipótesis explicativa a recibido ciertas demostraciones indirectas como es la manipulación genética de una línea de insectos en los que la modificación de un gen expresado en los sistemas encargados de la habilidad para reconocer a los congéneres incrementa el comportamiento de copula con miembros del mismo sexo. Esta hipótesis combinada con el hecho de que estadísticamente cuanta más se despliegue un comportamiento sexual aumenta la aptitud darwiniana, no es del todo descabellado pensar que los errores perceptuales pueden favorecer el éxito reproductivo.
Es por todo esto que la interacción sexual de los machos con miembros del mismo sexo no se deba a preferencia por otros machos, sino a errores perceptuales.
Sin embargo, el caso del comportamiento sexual dirigido a miembros del mismo sexo por parte de las hembras es todo un misterio y enigma. La especie del escarabajo de la semilla es protándrica (la maduración sexual del macho es anterior de la de la hembra) lo cual hace que nada más emerger el macho espere la aparición de hembras vírgenes para iniciar cópula con ellas.
Una posible explicación del comportamiento sexual dirigido hacia miembos del mismo sexo de las hembras pueda ser la fuerte correlación intersexual y fuertes presiones selectivas. Es decir, como los machos y las hembras comparten muchos genes es posible que un rasgo comportamental que es beneficioso para el macho se haya seleccionado en las hembras.
Burgevin, Friberg y Mklakov han estudiado 77 parejas del escarabajo de la semilla mediante un procedeimiento de laboratorio asistido de crianza en el que han podido medir estandarizadamente con etográmas la monta o copula de un sexo u otro.
Los resultados del estudio son consistentes en varias formas con la idea de que el comportamiento sexual de las hembras dirigido a otras hembras se mantiene en la población a consecuencia de que ha sido seleccionado en los machos.
Burgevin, L., Friberg, U., & Maklakov, A. (2013). Intersexual correlation for same-sex sexual behaviour in an insect Animal Behaviour DOI: 10.1016/j.anbehav.2013.01.017
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