La sincronización comportamental es fundamental para los miembros de un grupo. La realización de una acción colectiva depende de entender y hacerte entender para que todos lleven a cabo una acción conjunta. Desde bailarines de danza contemporánea o clásica, soldados en una unidad, jugadores de fútbol, hasta amigos en una conversación cara-a-cara, sincronizan su comportamiento (gestos, expresiones faciales, postura...)
Para interactuar exitosamente con otros se produce una sincronización o "imitación" implícita de acciones.
Por ejemplo, para entender un mensaje verbal tiene lugar una sincronización de la actividad neuronal del cerebro del hablante con el cerebro del oyente (Stephens et al. 2010).
La sincronizacion neuronal también se da cuando dos personas ven pasivamente estímulos como "películas" donde su actividad cerebral se sincroniza en escalas temporales de milisegundos (Hasson et al. 2004).
Como nos recuerdan Hari y colaboradores en situaciones de interacción interpersonal las personas "imitan" implicitamente la postura, gestos, ritmo al andar que permite entender la mente y copartir objetivos con otros.
En este sentido, la mente y el cerebro no es algo tan privado e inaccesible como se piensa.
El problema es que los mecanismos neuronales responsables de esta sincronización comportamental son difíciles de estudiar por la dificultad y complejidad de estudiar en entornos ecológicamente naturales, cuando ocurren espontaneamente, las interacciones personales.
Para paliar estos déficits, técnicas electroencefalográficas y magnetoencefalográficas que tiene una resolución temporal de milisegundos son las metodologías a aplicar para estudiar las interacciones sociales implícitas ideales.
Por ejemplo, Yun colegas (Yun et al. 2012) han investigado la interaccion social implicita pidiendo a dos personas que atendieran a los dedos indices de cada uno. Durante un sesión de entrenamiento uno de ellos era el líder y movía su dedo indice sobre una cudrícula de 20 x 20 cm2 mientras el otro le seguia. La sesión de test era simplemente mirar al dedo indice del otro y la tarea control seguir unos puntos de luz. Durante estas tareas habia una disposicion a sincronizar la postura de los dedos indices de la otra persona lo que Yun y col. establecieron como la base de la medida de la interacción social implicita.
Pero Yun y colaboradores fueron más allá y midieron la actividad eléctrica de los sujetos con EEG reconociendo una fase de sincronización en ondas oscilatorias zeta y beta durante la tarea.
Estos resultados son reveladores porque reconocen que hay una sincronización automática con las acciones de otro.
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Hari R, Himberg T, Nummenmaa L, Hämäläinen M, & Parkkonen L (2013). Synchrony of brains and bodies during implicit interpersonal interaction. Trends in cognitive sciences PMID: 23384658
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