No salgo de mi perplejidad cuando miro al noroeste de Europa hacia una pequeña isla donde los ciudadanos de forma pacifica han transformado por completo su pais.
Nacionalizaron los bancos, decidieron no pagar la deuda contraida con Gran Bretaña y Holanda por una nefasta politica economica, destituyeron a sus dirigentes politicos y por medio de un procedimiento asambleario han redactado de nuevo su constitucion.
El cambio es posible. El sistema esta hecho para la gente, no la gente para el sistema.
Lo que dudo es que los españoles puedan, aunque quieran, salvar su mundo y su futuro.
No porque la situacion socioeconomica sea feliz y alegre y no de pie para intentar cambiar las cosas tal y como hicieron los islandeses y lo esten haciendo en la actualidad varios pueblos del mundo (me refiero a las revoluciones en el mundo arabe), sino porque en España hay una verdadera fragmentacion de la busqueda de la felicidad por parte de las personas y nichos de bienestar no-homogeneizados, estancos, no comunicados y no compartidos.
En otras palabras, aunque el paro sea el mas alto de la democracia, aunque el modelo economico sea viejo y no ajustada a la idea de economica del siglo XXI basada en la innovacion y creatividad, aunque la poblacion joven sea la mejor formada de su historia, aunque haya flagrantes injusticias sociales; España sufre de una generacion que ha recibido el impacto de la crisis financiera de lleno, pero que es apatica y aun asi se muestra, contradictoriamente, airada.
Sufre del sindrome del querer pero no me apetece.
Sabe lo que tiene que hacer pero no lo hace.
La razon es porque no tiene valores comunes, no hay una causa de los males compartidos, a cada uno le afectan las consecuencias de la crisis de una forma singular.
Si a cada uno le afecta la crisis a su manera, no se identifica con otros, no tiene valores compartidos... el cambio esta muerto antes de nacer.
Para que el movimiento 15M madure en España que ha nacido de forma espontanea (entre comillas) por contagio y que esta abriendo nuevas vias para el verdadero control de la ciudadania de la politica y de esta forma consiga medianamente algunas de sus peticiones que son tan obvias para una verdadera democracia; este movimiento tiene que llegar a movilizar a todos, a toda la sociedad, bajo una (re)formulacion ideologica que supere las individualidades y de cabida a todos.
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