Diversos intentos de entender mejor las bases neuronales del comportamiento orientado a recompensas se ha visto beneficiado de la distinción psicológica de dos elementos disociables: el querer y el gustar, nos aseguran Speckrelmeyer y colaboradores.
Mientras que el "gustar" son los sentimientos hedónicos asociados a una recompensa, el "querer" es la motivación o el deseo de urgencia de aproximarse a una recompensa.
Según la teoría de la "saliencia de los incentivos" (Berridge y Robinson 1998) el querer es un deseo que en su forma más básica es primigenio, basal y que puede ser elicitado incluso sin la consciencia del individuo.
Diseccionar psicológicamente el comportamiento orientado hacia recompensas entre "querer" y "gustar" es sumamente pertinente para explicar algunos tipos de conductas.
Es muy probable que a uno pueda gustarle algo, pero por deseos de alto-nivel y/o motivaciones sociales no quererlo.
De esto se sigue que "gustar" y "querer" ya no son sinónimos.
El caso de la búsqueda de drogas o drogadicción es un caso donde estos dos componentes psicológicos no solo están disociados, sino que incluso pueden ser antagónicos: a uno le puede gustar la sensación de drogarse, pero no quererla porque sabe que es pernicioso para su salud.
Cuando estos dos componentes actúan disfuncionalmente dan lugar a la adicción a la comida (Finlayson, King y Blundell 2007) , al deseo sexual irrefrenable (Krishnamurti y Loewenstein 2012) etc.
En el presente estudio, Speckrelmeyer y colaboradores han querido averiguar si las diferentes preferencias sexuales influyen en la evaluación de las recompensas cuando se trata de estimulos faciales placenteros (caras atractivas) y cómo se implementa al nivel neuronal el "querer".
Estudios iniciales llevados a cabo por Aharon et al. (2001) han mostrado como hay una activación selectiva de las areas de procesamiento de las recompensas, amigdala, nucleo acumbens y área ventral tegmental, en hombres heterosexuales ante la presentacion de estímulos de caras atractivas del sexo opuesta a diferencia de caras igualmente atractivas pero del mismo sexo.
Aún más estudios comportamentales, "trabajar-por-ver" y de puntuación" han indicado como ésta activación tiene un sesgo hacia el "querer" más que al "gustar" y que este efecto es más propio de los hombres que de las mujeres.
En este estudio para probar este efecto de que los hombres y mujeres heterosexuales valoran más las caras de miembros del sexo opuesto frente al mismo sexo y si estas diferencias neuronales relacionadas con el sexo ocurren al nivel del "querer" los investigadores usaron resonancia magnética funcional y una tarea de incentivos sociales derogada en el tiempo.
Estas tareas de incentivos sociales derogados se han estado utilizando desde hace más de una década para trazar los correlatos neuronales de las siferencias entre el "querer" y el "gustar".
Confrontando a los sujetos experimentales a pistas simbólicas que anuncian el valor de una ganancia potencial, este test permite monitorizar la actividad neuronal relacionada con las recompensas anticipadas.
Una gran cantidad de estudios con incentivos sociales derogados ha identificada una serie de áreas neuronales relacionadas con la codificación de las recompensas esperadas, incluyendo el núcleo acumbens, área ventral tegmental, corteza prefrontal ventromedial (Knutson et al. 2001, O´Doherty 2011).
Con este estudio se ha pretendido extender los hallazgos sobre las diferencias sexuales en la evaluación recompensante de caras masculinas y femeninas para entender mejor las diferencias sexuales en el procesamiento de recompensas sociales.
34 sujetos (30 definitivamente tras excluir a cuatro por no cumplir con los criterios) tomaron parte en el estudio y los materiales fueron la base de datos de expresiones faciales NimStim (Totteham et al. 2009).
El procedimiento experimental consistió en presentar una pista simbólica que anticipaba una expresión facial. Fueron 176 sesiones con medidas comportamentales (tiempo de reacción y aciertos) y una puntuación post-test según una escala de Likert del 1 al 7 (1 no recompensante; 7 muy recompensante) sobre 22 caras con expresiones faciales de distinta intensidad, todo esto durante una sesión de escaneado (resonancia magnética funcional).
Posteriormente, los participantes completaron una serie de cuestionarios de personalidad.
Los datos mostraron como tanto los hombres como mujeres heterosexuales respondián neuronalmente en la región mesolímbica (conjunto de estructuras relacionadas con el procesamiento de recompensas) de una manera más intensa con la presentación de rostros atractivos del sexo opuesto.
Parece ser que las mujeres eran más dependientes de estímulos sociales recompensantes mostrando una activación semejante ante estímulos de caras sonrientes independientemente del sexo.
También se observó una activación preferencial en las mujeres en la junción temporo-parietal implicada en en la cognición social.
Los hombres tenían una activación más pronunciada en el área mesolímbica con la presentación de estímulos del sexo opuesto.
Spreckelmeyer, K., Rademacher, L., Paulus, F., & Gründer, G. (2013). Neural activation during anticipation of opposite-sex and same-sex faces in heterosexual men and women NeuroImage, 66, 223-231 DOI: 10.1016/j.neuroimage.2012.10.068
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